Desde la primera vez que estuviste en mis brazos, yo sabía que eras el regalo especial que Dios me envió. Ahora sí que me siento orgullosa y feliz de presenciar como creces tan magníficamente. Con todo tu amor intenso y gran apoyo, miles de mis sueños se han hecho realidad. Para cada cosa que mi pequeña hija lindo ha hecho conmigo es suficiente para llenar mi corazón con más y más amor por ella. Incluso si te pones mayor, no tienes de que preocuparte ya que siempre seguirás siendo la dulce niña de tu madre, un montón de alegría. ¡Feliz cumpleaños a mi querida pequeña princesa!