Recuerdo el día en que lo primero que sostuve tu tierno cuerpo en mis brazos y que me viste con tus pequeño de ojos por primera vez y me hizo darme cuenta de que mi paternidad se iniciaba a partir de ahora. Ahora que me he vuelto viejo, espero el día en que cerrermos los ojos en tus brazos. Nos gustaría regalarte toda la felicidad en la vida. Que las bendiciones de Dios colmen tu vida y que sea larga y feliz. ¡Feliz cumpleaños hijo!